El Foro Económico de Davos ha cambiado de color y en su quincuagésima edición ya no se define por el blanco de las grandes nevadas de otras ediciones, sino por el verde de la alerta ecológica y medioambiental que tiñó la comida, la bebida, las moquetas y los debates.
Algo ha tenido que ver Greta Thunberg, la niña que nunca sonríe y que recorre el mundo con su mensaje sobre la situación de emergencia que vive el planeta por las emisiones de carbono o el exceso de plásticos y que ha visitado el Foro de Davos esta semana.
Los organizadores del evento se habían anticipado a la llegada de Greta y entre otras medidas, todos los "shuttles", los coches que recorrieron Davos y gratuitamente trasladaron a los aproximadamente 3,000 asistentes de una sede a otra, eran eléctricos.
Como en Davos no hay apenas puntos de recarga, cuando las baterías se agotaban el servicio se ralentizaban y vehículos tradicionales eran los encargados de traer los repuestos.
Además, el Foro eliminó las botellas de agua mineral -las de refrescos son de vidrio- y las han sustituido por vasos de cartón reciclable que se pueden rellenar en surtidores de agua del grifo que procede de los manantiales alpinos.
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El único problema es que el eficacísimo servicio de limpieza no da opción para utilizarlos dos veces; se reciclan, pero no se reutilizan.
La pintura de los paneles que recubren las paredes -todos los cuales se van a reciclar cuando acabe el Foro- estaba hecha a base de algas, y la alfombra se ha elaborado con redes de pesca.
Lo más llamativo es la comida que la organización ofrecía, también gratis, a los periodistas que cubrían el evento, y que en un 90 % estaba elaborada por Future Food Wednesday, empresa que sólo cocina con vegetales.
Así, los bocadillos de jamón o salchichón, y las salchichas, estaban hechos con soja, tofu y otros productos con alto valor proteíco pero nada de grasa animal.
La agenda de Davos 2020 también se ha teñido de verde, y se han multiplicado las sesiones sobre la agenda verde de la Unión Europea y su Pacto Verde ("Green Deal"), la descarbonización de la economía, la reducción de emisiones o el plástico que flota en los océanos.
Todos los presidentes y consejeros delegados de las grandes compañías que han pasado esta semana por Davos se han ocupado de reiterar su compromiso con la sostenibilidad y con la lucha contra el cambio climático.
Y el Foro ha dado un protagonismo inusitado a diez activistas adolescentes procedentes de todo el mundo, siete chicas y tres chicos, que en sus respectivos países de origen han conseguido poner en marcha diversas iniciativas, en su mayoría relacionadas con el clima.
El mismísimo príncipe Carlos, heredero al trono británico, acudió a Davos en un coche eléctrico, para llamar la atención sobre la necesidad de actuar en contra de la emergencia climática.
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El único que no se ha sentido obligado a mostrar su compromiso con el medio ambiente ha sido el presidente estadounidense Donald Trump, que protagonizó un duro cruce de reproches con Greta.
Mientras Trump presumía de su postura negacionista sobre el calentamiento global, presumía de que Estados Unidos tiene "el aire más limpio de los últimos 40 años" y arremetía contra los "profetas de la fatalidad", Thunberg endurecía su mensaje y criticaba a los líderes políticos y económicos por su "inacción".
Para remachar el mensaje de Trump, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, recomendaba a Greta "estudiar economía" y volver cuando haya terminado.
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"Todos necesitan hacer algo. No nos deberíamos enfocar en qué sector es más responsable o quién debe hacer más, porque todos tienen que hacer algo y hay que empujar en todas las direcciones", ha señalado.
En su quincuagésimo aniversario, el Foro Económico Mundial de Davos ha tenido en el clima uno de sus asuntos más destacados mediante un programa centrado en el crecimiento económico sostenible y la cohesión.
Por eso, junto a la presencia de líderes políticos como Trump, la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez -en su segunda visita- así como de los responsables de las grandes empresas del mundo y de instituciones económicas como el FMI y el BCE, el Foro de Davos ha dado en esta ocasión mucho espacio al activismo de los jóvenes.
Thunberg ha liderado este grupo formado sobre todo por chicas que tiene en la lucha contra la emergencia climática su principal misión, aunque había también otros dedicados a causas como la lucha contra la discriminación racial o el control de armas.