¿Promesa o realidad? Así va el plan de Bukele de adoptar al bitcoin como moneda legal en El Salvador

El 7 de septiembre El Salvador inició esta apuesta, con los ojos del mundo fijados en él. A seis meses, ¿cómo ha transcurrido el experimento?

Fue un anuncio que tomó a casi todos por sorpresa.

El 5 de junio de 2021, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, declaró su plan de adoptar al bitcoin como moneda legal en su país, convirtiéndose en el primero en el mundo en tomar una decisión de tal trascedencia. No lo hizo frente a periodistas salvadoreños o en una transmisión oficial, sino en inglés y por video ante la audiencia de una conferencia de esta criptomoneda en Miami.

A cientos de kilómetros de ese megaevento, muchos de sus compatriotas recibieron el mensaje con escepticismo y confusión. Y es que fuera de algunos foros y de la región de El Zonte, un pequeño pueblo playero de 3,000 habitantes conocido por el turismo de surf y que desde hace unos años es un “hub” de esta criptodivisa, la idea del Bitcoin en la cotidianidad de esta nación de ingresos bajos, con tantos otros problemas estructurales y donde solo el 45% de la población cuenta con acceso a internet, parecía no solo lejana, sino ajena.

Pero Bukele, el presidente milenial que en el 2019 tomó las riendas de El Salvador prometiendo una alteración del orden político tradicional, se mostró decidido a hacer historia.

Apenas tres días después de su anuncio y tras cinco horas de sesión, la llamada Ley Bitcoin, un texto de unas tres páginas, fue aprobada por el Congreso controlado por el oficialismo, formalizando a esta nación centroamericana como el primer laboratorio de bitcoin en el mundo.

EL 'ESPERANZADOR' PLAN DE BUKELE

Bukele insistió con optimismo sobre los supuestos beneficios del criptoactivo: que aumentaría la inclusión económica en un país donde el 70% de los residentes no tiene una cuenta bancaria, que generaría inversión y turismo, que crearía empleos, que abarataría el envío de remesas y, sobretodo, que posicionaría a El Salvador en la vanguardia de la tecnología, en el futuro. 

Con este innovador paradigma financiero, el mandatario auguró - como si se tratara de una inyección de autoestima tanto como de una medida económica - que finalmente llegaría la prosperidad a la sociedad salvadoreña. “El Salvador tiene derecho a avanzar hacia el primer mundo”, declaró. 

El 7 de septiembre, la legislación entró en vigencia: la criptomoneda, junto al dólar, podría ser ahora usada en cualquier transacción y todo agente económico debía aceptarla como forma de pago. 

Desde entonces, el bitcoin consume gran parte de la atención del mandatario, quien tuitea casi a diario sobre la compra de la divisa y la libertad financiera con la que cuentan ahora los salvadoreños. “Todo el que esté buscando libertad: este es el lugar para venir”. 

Mientras, entes internacionales, economistas y periodistas han advertido sobre la falta de transparencia y los posibles peligros que esta jugada supone para la estabilidad económica de la nación centroamericana. 

¿Cómo ha transcurrido el experimento a seis meses de que El Salvador lo adoptara como moneda legal? Telemundo 44 consultó a varios expertos sobre este tema.

¿CÓMO LO HA RECIBIDO LA POBLACIÓN? 

A medio año de su implementación, la criptomoneda no ha generado mucho entusiasmo en la población, afirma el economista salvadoreño José Luis Magaña Rivera. Con la excepción de algunos sectores turísticos y empresariales, “realmente, no ha tenido mayor penetración, ni siquiera a través del ChivoWallet”, la billetera digital establecida por el gobierno salvadoreño en septiembre y en la que se depositó a todos los ciudadanos unos $30 en bitcoin para incentivar su uso. Esta permite cambiar automáticamente dólares a bitcoin o vice versa.

Más del 70% de los salvadoreños sienten desconfianza sobre el criptoactivo, según una encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA) realizada en enero. Ya en noviembre, un sondeo de la Universidad Francisco Gavidia indicaba que 91% de los salvadoreños seguía prefiriendo el dólar, la moneda oficial, sobre el bitcoin. 

Antes de la entrada en vigor de la ley Bitcoin, Bukele señaló que toda nueva adopción, requeriría de un tiempo de adaptación. “Como toda innovación, el proceso del #Bitcoin en El Salvador tiene una curva de aprendizaje. Todo camino hacia el futuro es así y no se logrará todo en un día, ni en un mes.” 

Pero expertos indican que el gobierno ha sido débil en un aspecto clave: la educación financiera. Más allá de los conceptos más básicos sobre cómo se usa el ChivoWallet, aseguran que, simplemente, no se le ha explicado a la población a qué viene todo esto. 

“Si bien es una idea revolucionaria, la población salvadoreña no necesariamente captó la idea que Bukele tenía y que sigue teniendo”, indicó el economista venezolano Aaron Olmos, especialista en criptomonedas.“Para que este proyecto esté sobre rieles bien engrasados, hay que formar a la gente”.

La campaña educativa no debería estar solo enfocada en qué es el bitcoin y los elementos que lo comprenden, como la cadena de bloque o las llaves públicas y privadas, sino idealmente también en conceptos más elementales, por ejemplo, “cómo se conecta [el bitcoin] con la economía global”, para que así la población puedan entender los riesgos de la volatilidad o los posibles beneficios a futuro para su bolsillo, agrega Olmos.

¿Y LAS REMESAS? 

Uno de los argumentos fundamentales de Bukele sobre la conveniencia de adoptar el bitcoin como moneda ha sido el beneficio que traería para las personas que envían y reciben remesas, que según el Banco Mundial, constituyen más del 26% del Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador. .  

“Nuestro pueblo paga $400 MILLONES al año en comisiones por las remesas. Solo ese ahorro será un beneficio enorme para nuestra gente (o al menos para quien así lo desee)”, tuiteó el jefe de gobierno un par de semanas antes de que entrara en vigencia la ley Bitcoin.

Y si bien el no tener que pagar comisiones es un incentivo, el bitcoin no ha tenido mayor efecto: poco más del 2% del dinero enviado desde el exterior a El Salvador en el 2021 se hizo través de billeteras de cripto. Esta falta de impacto en las remesas es otra evidencia de la apatía generalizada en relación al bitcoin y la necesidad de mayor educación, según Magaña Rivera.

“No se están dando los mecanismos, no se está digitalizando a la población para la implementación de bitcoin”, dijo. “Por muy buena que sea una tecnología, si no existe la educación para utilizarla, pues no se va a utilizar.” 

Poco más del 2% del dinero enviado desde el exterior a El Salvador en el 2021 se hizo través de billeteras de cripto.

Otro factor ha sido la falta de fiabilidad hacia la infraestructura de Chivo Wallet. Ha habido denuncias de robos de identidad, que según la organización de derechos humanos Cristosal han sido cientos, problemas técnicos, retrasos en las transacciones, entre otros.

“Usar bitcoin es sinónimo de usar Chivo Wallet”, dijo Magaña Rivera. Los incidentes de usurpación de identidad, por ejemplo, “[hacen] que la gente tenga desconfianza de Chivo y, por tanto, tenga desconfianza de bitcoin”.  

“Si el Chivo tiene problemas, el bitcoin tiene problemas. Entonces, ha habido bastante renuencia de usar el bitcoin en el día a día. No es algo que se vea realmente, que la gente haga transacciones en bitcoin.”

En febrero, el gobierno salvadoreño anunció una nueva alianza con la compañía AlphaPoint, radicada en EEUU, para mejorar la billetera electrónica y atender las fallas suscitadas en los últimos meses.

POCA TRANSPARENCIA Y MUCHA DISCRECIONALIDAD 

La adopción del bitcoin en El Salvador y el uso de fondos públicos para este fin ha transcurrido de forma apresurada y con una “opacidad extrema”, de acuerdo con Magaña Rivera.

El economista puso un ejemplo: para saber cuántos bitcoin tiene el gobierno salvadoreño y cuánto se ha gastado en la compra, tiene que monitorear el timeline de Twitter de Bukele (quien ha dicho hace las transacciones desde su teléfono)  y agregar la cifra anunciada por el mandatario a una tabla personal. Entonces, dependiendo del precio del bitcoin en ese momento determinado (un precio que cambia cada hora) calcula cuánto el país centroamericano ha invertido en la adquisición.

“Hasta este momento, no existe claridad de cuál es la institución pública responsable de administrar bitcoin en la parte estatal”

dice Magaña Rivera, subrayando que ni siquiera hay forma pública de “comprobar si la compra anunciada por Bukele se ha hecho”. 

El año pasado, la Asamblea Legislativa creó un fideicomiso de unos $150 millones destinado para la implementación del bitcoin y el cual es manejado por el Banco de Desarrollo de El Salvador. Pero el acceso a información sobre sus operaciones está limitado bajo secreto bancario. 

Hasta la fecha, se calcula que el país habría comprado 1,800 bitcoins desde septiembre, reportó Bloomberg, pero esa cifra no está muy clara. Más allá del presidente, ningún otro ente gubernamental publica datos sobre las transacciones vinculadas a esta criptomoneda. 

“No hay control público, no hay contraloría ciudadana”, afirma Magaña Rivera. 

No solo no se tiene claro cuánto exactamente ha gastado el gobierno salvadoreño, sino cuánto ha potencialmente perdido. Parte del atractivo del bitcoin para muchos inversores es su volatilidad: su rápido cambio en precio hace que su rendimiento pueda ser muy bueno a corto o largo plazo. Pero también las pérdidas pueden ser significativas. En noviembre, durante su punto máximo superó los $67,000. Al momento de la publicación de este artículo, el costo de un bitcoin rondaba los $38,500, lo que supone un descenso de aproximadamente el 41% en apenas cuatro meses. 

PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL POR EL BITCOIN EN EL SALVADOR

La implementación del bitcoin también ha generado inquietud a nivel internacional.

A mediados de enero, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el prestamista que brinda respaldo financiero a países en crisis, prendió las alarmas sobre el bitcoin en El Salvador e instó al gobierno a que lo abandonara como divisa, argumentando que la volatilidad de este amenaza la “integridad financiera” del país centroamericano.

Además, el organismo expresó preocupación por los llamados “bonos volcán”, los primeros bonos respaldados por criptomonedas que el gobierno planea empezar a emitir a mediados de marzo. El total de bonos colocados estaría entre los $1,000 y $1,500 millones, con tasas de interés de 6.5% a 10 años, más dividendos después de cinco años, según el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya.  

La mitad de los fondos serán usados para comprar más bitcoins. La otra, será destinada a la construcción de Bitcoin City, el ambicioso proyecto de Bukele al pie del volcán Conchagua, cuya energía termoeléctrica sería usada para abastecer la ciudad y para la minería bitcoins. La localidad estará libre de casi todos los impuestos, con la excepción del impuesto sobre la venta (IVA), ha dicho Bukele. 

El presidente Nayib Bukele anunció sus planes para la construcción de Bitcoin City en noviembre de 2021 durante los eventos de Bitcoin Week en El Salvador.

Según explica Magaña Rivera, el gobierno de El Salvador recurre a este nuevo mecanismo por el problema de deuda pública que la nación centroamericana ha enfrentado en la última década y que se ha agravado en los últimos dos años. En el 2021, esta ha alcanzado el 85% de su PIB y su perfil de riesgo también ha incrementado. Los bonos soberanos de El Salvador han tenido el peor desempeño entre los mercados emergentes.

El gobierno de El Salvador ve los bonos bitcoin como una oportunidad de encontrar financiamiento sin tener que recurrir a los bonos tradicionales o a entes externos.

Y aunque puede ser una alternativa para encontrar algo de liquidez, particularmente porque en las emisiones de bonos tradicionales (con un interés que alcanza el 17%) el gobierno no ha podido adjudicar los fondos que necesita, los bonos bitcoin pueden ser una apuesta riesgosa porque se sustenta en la presunción de que el precio de este activo irá a la alza en el futuro, de acuerdo con expertos consultados por Telemundo 44.

El Salvador tiene un vencimiento de deuda el próximo año (en 2023), y la brecha que ha creado el bitcoin con el FMI podría afectar la posibilidad de que el país pueda acceder a un préstamo del organismo. 

El FMI no es el único grupo internacional que ha expresado inquietud por la implementación de esta criptomoneda. El mes pasado, tres senadores de EE. UU. pidieron al Departamento de Estado que realizara una evaluación sobre la adopción del bitcoin en El Salvador y los riesgos que supone para la ciberseguridad, la estabilidad económica, la gobernabilidad democrática y de que la criptomoneda sea usada para el lavado de dinero por parte de carteles y otras organizaciones criminales.

Bukele respondió a la petición con un tweet: “No somos su colonia, su jardín delantero o trasero”.

¿LLEGÓ PARA QUEDARSE?

Pese a las controversias que ha generado, los expertos consultados por Telemundo 44 concuerdan que el Bitcoin como moneda de curso legal posiblemente llegó para quedarse. Su uso generalizado dependerá de si logre calar en la población de este país centroamericano. Pero, por el momento, resulta poco probable que el gobierno salvadoreño se eche para atrás mientras Bukele siga siendo presidente. 

“Las tecnologías se pueden ir adoptando en la medida que sean funcionales y sean útiles para la población, para la gente”, indicó Magaña.  

Por su parte, Olmos señala que si bien El Salvador es el primer país en incorporar oficialmente el bitcoin como divisa, otros países ya han adoptado sus propias monedas digitales. 

Incluso Estados Unidos y organizaciones como el mismo FMI, que mostraron un repudio inicial a las criptodivisas, están estudiando tecnologías similares, como la moneda digital de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés).  “Los gobiernos no están dando su brazo a torcer, sino que están entendiendo que esto es algo que comenzó y no va a parar”, apuntó.

Olmos resalta que el bitcoin, u otras criptomonedas descentralizadas, podrían ser una alternativa conveniente para muchas naciones enfrentando un periodo inflacionario, o con un sistema financiero inestable o un aparato productivo detenido. 

Las criptomonedas no reemplazarán las monedas tradicionales - o al menos no en el futuro próximo - pero hay indicios de que su uso irá aumentando, y que jugarán un rol en las interacciones entre los ciudadanos y entre los países, como todas las nuevas tecnologías. 

“Bitcoin y los criptoactivos no son dinero, son datos digitales a los que nosotros a nivel social y por consenso asumimos como dinero”, explica Olmos. "La lógica del dinero está cambiando, la lógica del valor está cambiando”.

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