ELGIN, Illinois – Una madre de Elgin lleva varios días sin obtener una respuesta satisfactoria tras enterarse que su hijo tenía un par de tijeras clavadas en su cabeza a la salida de la escuela.
Maricela Soto se armó de valor y acudió a la reunión de la escuela intermedia Ellis en la noche de este jueves y, aunque el tema no era sobre el incidente de su hijo, quiso aclarar lo que le había sucedido a su hijo.
“Un niño le enterró unas tijeras en la cabeza”, dijo Soto sobre lo que le contó su hijo.
El hecho ocurrió el 10 de noviembre en la secundaria y, según Soto, se enteró por medio de un familiar cuando iba a buscar a su hijo a la escuela.
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Al día siguiente, la administración envió una carta a los padres de familia sobre el incidente que lee, en parte: “El estudiante fue herido ayer cuando un compañero de clase lanzó un objeto de un lado del salón a otro”.
A seis días de lo sucedido, Soto decidió asistir a una reunión organizada por la escuela para exponer su caso. En esta reunión no se le permitió el acceso a la prensa.
“Lamentablemente no obtuvimos la respuesta que queríamos. Siento que la escuela no está apoyando lo suficiente para mirar la gran raíz de este problema que es el bullying”, comentó Soto.
Telemundo Chicago se comunicó con las autoridades escolares y por medio de un comunicado, contestaron lo siguiente:
“El distrito escolar de U-46 informó que el director de la escuela visitó al estudiante en su casa y le hizo saber que la comunidad de Ellis estaba pensando en él y deseándole lo mejor”.
Además, el distrito escolar agregó en su comunicado que se ofreció a cubrir los gastos médicos del estudiante.
Telemundo Chicago habló con el director de la escuela quien indicó que no tiene comentarios al respecto más allá del comunicado que envió el distrito escolar.
Mientras tanto, autoridades dijeron que continúan investigando el incidente.
La policía de Elgin investiga el hecho e indicó que no hubo una pelea o altercado de antemano, y que no hubo intención de causar lesiones. Por su parte, Seferino, de 13 años, se recupera de su herida física, pero aún siente mucha tristeza.
“Se siente triste, se siente frustrado, tiene miedo de regresar a la escuela, tiene miedo mirar al personal aquí en la escuela”, indicó Soto.
Por lo pronto, se programó una reunión en la escuela para el 8 de diciembre para discutir lo sucedido.