Un jurado decidió de forma unánime el futuro de Everett Miller, el asesino de dos policías de Kissimmee en 2017, con pena de muerte.
El grupo comenzó a deliberar el miércoles por la mañana, una vez concluyó el cierre de argumentos.
En aquella fatídica noche de agosto de 2017, el policía Matthew Baxter, detuvo a tres personas sospechosas, cuando Miller se apareció y confrontó al oficial, preguntándole por qué molestaba a esas personas.
Fue cuando el sargento Sam Howard respondió en ayuda y Miller le disparó a ambos en la cabeza, y luego reposicionó los cuerpos, antes de volver a dispararles en el rostro.