Florida Central

Atrapadas: la oscura realidad de la trata humana

“Tenía 3 años cuando comencé a ser traficada”, comenta Rainey Neve, sobreviviente de trata humana. Florida es el tercer estado con mayor número de casos de trata humana en Estados Unidos. Aquí presentamos el primero de tres reportajes investigativos sobre el tema.

Telemundo

Nota: primera entrega de tres de la serie especial “Atrapadas: la oscura realidad de la trata humana”.

ORLANDO, Florida. – No es la primera vez que Cindy Alvarado cuenta su historia. Hablar sobre lo que vivió como víctima de trata humana ha sido su terapia, su modo de dejar ir, de sanar y sentir lo que le fue privado durante siete años: libertad.

Llegó a pensar que no escaparía. Y si escapaba, dijo, no sería con vida. Cindy perdió dominio de su cuerpo, sus hijos, su rutina y la vida que conocía en su natural Costa Rica cuando cayó en las garras de una red internacional de trata de personas en 2010.

“Me costó mucho entender qué era lo que me estaba pasando”, reflexiona en entrevista con Telemundo 31.

La esclavitud no es cosa del pasado.

En 2021, aproximadamente 27.6 millones de personas alrededor del mundo realizaban trabajos forzados en lo que se denomina como “esclavitud moderna”, según un informe de Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Walk Free Foundation. Estas cifras también las compartió la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un reporte.

De ellos, explica el informe, 1.3 millones fueron explotados en el sector privado, 6.3 millones en explotación sexual comercial forzosa y 3.9 millones en trabajos forzosos.

De hecho, y a pesar de no estar definida en la ley, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la esclavitud moderna como prácticas que abarcan “el trabajo forzoso y el matrimonio forzado. Con ella, se hace referencia a situaciones de explotación en las que una persona se encuentra y no puede rechazar o abandonar debido a amenazas, violencia, coerción, engaño o abuso de poder”.

ENGAÑO, EXPLOTACIÓN SEXUAL Y LOS PREJUICIOS: LA TRAMPA DE LA TRATA HUMANA  

Cuando Cindy llegó a Estados Unidos en 2010, pensó que trabajaría como niñera por unos días —trabajo por el que cobraría $1,000 — y que regresaría a Costa Rica al poco tiempo.

“Yo conocía a la persona que me traficó por mucho tiempo. Ella tenía una hija, yo tenía mis hijos, y vivimos juntos, trabajamos juntas”, recuerda.

Cindy se refiere a una persona en quien creyó era su amiga. Y al menos así lo fue, o pretendió ser, durante varios años previo a engañarla con el anuncio del trabajo como “niñera” de una familia en Virginia.

“Para mí era como una prima, como una hermana. Ella vivió en Costa Rica y luego regresó a Estados Unidos y me buscó por Facebook. Ahí me dijo que su suegra estaba buscando una niñera y que ella estaba dispuesta a pagar $1,000 por cuidarla diez días”, narra Cindy.

Siendo madre de dos niños, el dinero extra le haría bien. Cindy emprendió vuelo y, al llegar, la suegra de su “amiga” le comentó que no estaría cuidando a ningún niño.

Acto seguido, comenzaron a enseñarle fotos de sus hijos. Estaba confundida.

Cindy Alvarado llegó a Estados Unidos en 2010, pensó que trabajaría como niñera por unos días —trabajo por el que cobraría $1,000 — y que regresaría a Costa Rica al poco tiempo. Pero la historia fue otra.

“Tú vienes aquí a complacer a mis amigos”, le dijo.

Cindy pensó que era broma hasta que se dio cuenta que todo iba en serio. La amenazaron con sus hijos y su amiga le recalcó el motivo de su viaje. Acto seguido, la llevaron a un cuarto y comenzaron a desvestirla.

“Cualquiera diría: ‘Oye, tú peleas’. Y esa hubiera sido mí intención, que yo siempre he pensado que, si algo me llegaba a pasar, pues pateo, muerdo y todo, pero no fue lo que yo pude hacer”, recuerda Cyndi, quien hace una pausa y agrega: “Yo me quedé completamente congelada. La recuerdo a ella poniéndome la ropa… yo no me podía mover y yo lo que quería era gritar. Y no podía gritar”.

Unos días más tarde, regresó a Costa Rica y fue a las autoridades para denunciar lo que le ocurrió, pero no le creyeron.

“Me dijeron que no fuera descarada y que fuera a prostituirme a cualquier esquina”, dice.

Tras su encuentro con las autoridades, Cindy se percató que estaba sola. “Entonces, cuando tú pides ayuda [a las autoridades] y no te creen, te están amenazando con la vida de tus hijos, pues llegas a entender que estás solo”, asegura.

Sus explotadores la contactaron de nuevo para decirle que dentro de 15 días debía volver a Estados Unidos a “continuar trabajando”.

Le dieron la información de fecha y hora en la que debía estar en x o y lugar, siempre recordándole que “estaban vigilando a sus hijos en Costa Rica”. Le enviaban fotos de su hijo saliendo de la escuela o de su esposo en aquel momento.

“No me vayas a dar problemas”, recuerda Cindy como una de las frases que los tratantes le decían cuando terminaban de darle instrucciones.

Florida es el tercer estado con mayor número de casos de trata humana en Estados Unidos.

Así estuvo años, yendo y viniendo. Y entre sus clientes, comentó, había personas de alto rango en el gobierno, a nivel policiaco e, incluso, judicial.  

“Policías, jueces, abogados, figuras públicas reconocidas han sido clientes míos, y es una situación grave”, expresa. ¿A dónde ir para denunciar?

EL DÍA QUE CINDY CONSIGUIÓ LA LIBERTAD

Con el pasar de los años, Cindy acudió nuevamente a las autoridades, esta vez en Estados Unidos. Su caso lo lleva el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

A pesar de seguir recibiendo más amenazas, pudo conseguir la ayuda y la fuerza que necesitaba para salir de esta red. Algunos de sus traficantes ya fueron arrestados y han sido o esperan ser procesados.

Pudo recuperar a sus hijos, a quienes dejó de ver durante años.

“Queda un hueco, me siento mucho mejor que antes. Siento que vale la pena haber esperado todo ese esfuerzo, todo ese proceso que te decía para otros sobrevivientes, que se ve que uno nunca va a salir de ese proceso, valió la pena”, dice.

Cindy Alvarado se dedica a ayudar a otras personas sobrevivientes de trata humana.

Cada año, tanto autoridades locales como los condados Polk y Orange, así como organizaciones internacionales se dedican cada año a desmantelar redes de trata de personas.

En febrero de este año, la INTERPOL (Policía Internacional) arrestó a 212 personas relacionadas a crímenes de trata humana, lo que llevó a la identificación de 1,426 posibles víctimas de explotación sexual u otro tipo de trabajos forzados.

Mientras, a nivel local, la Oficina del Alguacil del condado Polk, anunció el arresto de 213 relacionadas a estos crímenes durante el mismo mes. Identificaron a 24 sobrevivientes de trata humana.

“TENÍA 3 AÑOS”: NIÑAS Y LAS MUJERES, LA POBLACIÓN MÁS VULNERABLE ANTE LA TRATA DE PERSONAS


La historia de Rainey Neve dentro de una red de trata humana comenzó mucho antes. Su padre fue su traficante desde que apenas ella tenía 3 años.

Esa era la única vida que conocía, por lo que le costó toda su infancia – o lo que apenas tuvo de ella – y la mayoría de la adolescencia, comprender lo que realmente estaba pasando.

“Creciendo en esos momentos no me veían como una víctima. Me veían como, y disculpe mi lenguaje, como una niña prostituta”, recuerda.

“Se esperaba de mí que tuviera esencialmente el aspecto de la niña perfecta. Me apuntaron en clases de gimnasia, clases de baile, para ser animadoras y en cualquier cosa que me mantuviera delgada, flexible y linda”, narra con voz entrecortada.

Han pasado años desde que se liberó, recibió ayuda y terapia. Pero las huellas de lo que vivió permanecen ahí, mientras recuerda estas experiencias.

“¿A quién acudes cuando dondequiera que mires, tú eres el problema? Cada vez que alguien hablaba conmigo, me preguntaban ‘¿qué te pasa?’, en forma despectiva. Nadie nunca me preguntó si estaba bien (o necesitaba algo)”, subraya Rainy.

Cuando finalmente logró escaparse, estaba aterrada. No quería que la encontraran, como ya había pasado anteriormente cuando llegó a intentar irse lejos de su padre para ser “capturada” nuevamente por él al cabo de un tiempo.

Eventualmente, logró salir. Con terapia y ayuda, Rainey ha podido hacer una nueva vida.

Actualmente lidera, junto a su esposo, una organización que fundó llamada Bikers Against Trafficking, enfocada en rescatar a personas involucradas en estas redes. Ofrecen terapia y líneas de ayuda directa para todo aquel que lo necesite.

Rainey Neve lidera la organización que fundó Bikers Against Trafficking.

DOLOR CAPTURADO EN LENTE

“La mayoría de las que de las chicas que yo les tomé fotos ya están muertas”, expresa Ada Trillo vía Zoom desde su casa en Filadelfia.

Trillo, fotógrafa natural de México, se refiere a un proyecto que realizó en Ciudad Juárez, en México. Su intención, cuenta, era documentar lo que pasa en la frontera, específicamente en los albergues con inmigrantes.

Fue a tocarle la puerta a varios centros, pero todos le decían que no. “Pero una de las psicólogas de uno de los albergues dijo: ‘sabes que no te puedo ayudar con este tema de inmigración ahorita, pero si te interesa el tema de prostitución y la trata de personas, te puedo ayudar con eso’”, comentó.

Con cuidado, y muchas veces con miedo, se infiltró en varios centros con niñas y otras jóvenes que estaban siendo explotadas sexualmente. Allí capturó parte del terror en el que viven un sinnúmero de menores que han sido atrapadas por una red de tráfico del cual muy pocas salen con vida.


“Es muy peligroso cuando te metes con esa gente. Te matan a tus hijos, tu familia. Te matan todo”, advierte Trillo.

Con las historias que pudo conocer, logró establecer una exhibición en Filadelfia a la que llamó ‘How Did I Get Here?, traducida al español como “¿Cómo llegué aquí?”.

Trillo explicó que este proyecto pretende arrojar luz sobre la realidad de las mujeres obligadas a prostituirse.

Según estadísticas del Departamento de Estado de Estados Unidos, México permanece en el nivel 2 en la escala de problemas con trata humana. Se cataloga en nivel 2 a países que no cumplen a capacidad con los estándares mínimos para atender esta problemática.

Una de las fotografías de la exhibición 'How did I Get Here?'.

‘How Did I Get Here?’ se exhibió por primera vez en 2017 en Twenty-Two Gallery, en Filadelfia.

Y esa pregunta, “¿cómo llegué aquí?”, se la hizo Cindy muchas veces, en silencio, durante los años que estuvo yendo entre Costa Rica y Estados Unidos mientras era traficada. Y es, muy probablemente, la misma pregunta que se hacen a diario otras víctimas de trata humana alrededor del mundo.

LÍNEAS DE AYUDA CONTRA LA TRATA HUMANA

  • Florida Abuse Hotline 1-800-96-ABUSE (1-800-962-2873)
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